El gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es una especie de pez cartilaginoso lamniforme de la familia Lamnidae que se encuentra en las aguas cálidas y templadas de casi todos los océanos. Esta especie es la única que sobrevive en la actualidad del género Carcharodon.
EVOLUCION
Se estima que el tiburón blanco apareció en el planeta durante el Mioceno,3 siendo el fósil más antiguo encontrado de hace unos 16 millones de años aproximadamente.4 Según los biólogos deriva de Carcharodon megalodon, un gigantesco tiburón prehistórico. Sin embargo, otros expertos consideran que, a pesar de la indudable pertenencia de ambos al orden de los Lamniformes, el tiburón blanco en realidad tenga mayor parentesco con el mako, del género Isurus.
Según los paleontólogos Shelton Applegate, Maisey John, Robert Purdy y el biólogo Leonard Compagno, el megalodón y el gran tiburón blanco provienen de Cretolamna carcharodon, y por lo tanto deben ser considerados como miembros del mismo género, Carcharias, y de la misma familia, Lamnidae.
TAMAÑO
La longitud más frecuente entre los tiburones blancos adultos es de 4 a 5,5 m (siendo los machos menores que las hembras), aunque se han citado casos de individuos excepcionales que rebasaban ampliamente esas medidas. En la actualidad no se puede asegurar cuál es realmente el tamaño máximo en esta especie, hecho que se ve reforzado por la existencia de notas antiguas y poco fiables sobre animales realmente gigantescos. Varios de estos casos se analizan en el libro The Great White Shark (1991) de Richard Ellis y John E. McCosker, ambos expertos en tiburones.
Durante décadas, muchos libros de referencia en el campo de la ictiología, así como el Libro Guinness de récords mundiales recogieron dos tiburones blancos como los más grandes jamás capturados; uno de ellos era un ejemplar de 11 m supuestamente capturado en aguas del Sur de Australia, cerca de Port Fairy, en la década de 1870 y el otro se trataba de un individuo de 11,3 m que quedó atrapado en una red para arenques en Nuevo Brunswick, Canadá en la década de 1930
ALIMENTACION
Los tiburones blancos difieren bastante de ser simples «máquinas de matar», como sostiene la imagen popular (leyenda urbana) que se tiene de ellos. Para poder capturar los grandes mamíferos marinos que constituye la base de la dieta de los adultos, los tiburones blancos practican una característica emboscada: se sitúan a varios metros bajo la presa, que nada en la superficie o cerca de ella, usando el color oscuro de su dorso como camuflaje con el fondo y volviéndose así invisibles a sus víctimas. Cuando llega el momento de atacar, avanzan rápidamente hacia arriba con potentes movimientos de la cola y abren las mandíbulas. El impacto suele llegar en el vientre, donde el tiburón aferra fuertemente a la víctima: si ésta es pequeña, como un león marino, la mata en el acto y posteriormente la engulle entera. Si es más grande, arranca un gran trozo de la misma que ingiere entero, ya que sus dientes no le permiten masticar. La presa puede quedar entonces muerta o moribunda, y el tiburón volverá a alimentarse de ella arrancando un pedazo detrás de otro. Excitados por la presencia de sangre, la zona se llenará pronto de otros tiburones.
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